Se acercan los examenes finales y con ellos la necesidad de despedirme de los estudiantes con los que he compartido penas y alegrías durante los ultimos cinco meses. Muchos de ellos se gradúan y empiezan una nueva etapa. Se acabaron los exámenes, los papers, los trabajos en grupo que tanto critican. Alguno de ellos deciden cogerse un año sabático, viajar o residir una temporada en el extranjero, irse de misiones antes de incorporarse de una forma permanente al mundo laboral (la gran mayoria ya tienen experiencia porque se han ido pagando los estudios con distintos trabajos malpagados... gran diferencia con el estudiante universitario espa
ñol). Ojalá hubiera tenido yo esa perspectiva sobre el tiempo al graduarme y en lugar de ponerme a trabajar el 1 de julio, al dia siguiente de la revalida de ICADE, hubiera hecho las maletas y me hubiera ido a conocer mundo.
La perspectiva en clase de estudiantes con experiencia profesional es muy distinta de los estudiantes que todavía son "sostenidos" por sus padres. Observo que son mas maduros y sus comentarios están anclados en experiencias reales de servicio al cliente, negociación de contratos, entrevistas, perspectivas internacionales - en algunos casos-... la dinámica es completamente distinta.
Ense
ñar en la universidad publica, especialmente en estos tiempos de recorte a diestro y siniestro, es una experiencia constructiva y enriquecedora, un reto diario que me acerca a la realidad de la juventud en EE. UU. Mi universidad esta cerca del Pacifico y hay dias despejados en los que tengo la fortuna de ver la nieve y el oceano en el mismo camino.
Son estas semanas finales las que me enfrentan con la parte mas ingrata de este gran trabajo... poner notas y decir adios. Afortunadamente, por experiencia se, que con algunos alumnos es solo un hasta luego. Suerte.
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Foto: Mueller |